Conocido del mundo sin identidad
Solo era alguien mas en este universo, un simple punto mas en la inmensidad, conocido por muchos, realmente conocido por nadie, se le llamaba de muchísimas formas, pero nadie conocía su verdadero nombre, vivía el pasar de los días rodeado de gente y aun así estando solo, a cualquier sitio donde llegaba era conocido, donde estuviera era saludado, personas que entraban y salían a diario de su vida, gente que se jactaba de ser su amigo, pero que ni siquiera sabia cuando había nacido.
Se había convertido en una especie de mito, estaba en todos lados, con todos en algún momento había compartido, con cada individuo con el que había estado, todos contaban cierta anécdota, una que otra locura en la que había participado, tantas historias del pasado.
Tantos que decían quererlo y tantos que demostraron odiarlo, muchos que lo habían abandonado, algunas traiciones y algunos engaños, aquellos que ciegamente en el confiaron, unos que soñaron con siempre estar a su lado, pero nadie tomo en cuenta el rumbo que el había tomado.
Era casi como un fantasma, en un momento estaba y al otro ya se había marchado, buscaban entender su inusual comportamiento, pero eran intentos fallidos, analizarlo era como intentar hubicarlo, solo acciones que eran en vano, adorando la tranquilidad de su soledad pasabas los días sentado en lo alto, observando como el tiempo traía los cambios de aquellas personas las cuales conocía al paso de los años.
Pasaba horas solo observando, mientras escuchaba la música que lo mantenía relajado, aquellas notas que lo mantenían este mundo y aquel que su subcionciente había creado, minuciosamente estudiando a todos aquellos que en cierto momento estaban a su lado, detallando sus acciones, calculando sus siguientes pasos, creyendo ser un simple observador del mundo humano, buscando la forma de intervenir a veces, pero sin ser notado, jugando a ser un arquitecto de este mundo viciado, algunas veces disfrutando el dolor ajeno y otras viviendo el tormento a su lado.
Divagaba entre la realidad y la fantasía, a veces absorbido por la desidia, buscando la lógica en muchos hechos de la vida, encontrando mas incógnitas al pasar de los días, tantas cosas que para el eran ilógicas y agobiaban a diario su vida tan inusual.
Así vivía ese joven, el cual todos habían visto, con el cual en algún momento compartieron unos tragos, alguna charla extraña o solo un simple saludar, muchos decían conocer, nadie sabia su verdadera identidad y el solo veía pasar el tiempo pensando en todas las vidas que vio pasar, esperando a la inevitable muerte llegar.
Se había convertido en una especie de mito, estaba en todos lados, con todos en algún momento había compartido, con cada individuo con el que había estado, todos contaban cierta anécdota, una que otra locura en la que había participado, tantas historias del pasado.
Tantos que decían quererlo y tantos que demostraron odiarlo, muchos que lo habían abandonado, algunas traiciones y algunos engaños, aquellos que ciegamente en el confiaron, unos que soñaron con siempre estar a su lado, pero nadie tomo en cuenta el rumbo que el había tomado.
Era casi como un fantasma, en un momento estaba y al otro ya se había marchado, buscaban entender su inusual comportamiento, pero eran intentos fallidos, analizarlo era como intentar hubicarlo, solo acciones que eran en vano, adorando la tranquilidad de su soledad pasabas los días sentado en lo alto, observando como el tiempo traía los cambios de aquellas personas las cuales conocía al paso de los años.
Pasaba horas solo observando, mientras escuchaba la música que lo mantenía relajado, aquellas notas que lo mantenían este mundo y aquel que su subcionciente había creado, minuciosamente estudiando a todos aquellos que en cierto momento estaban a su lado, detallando sus acciones, calculando sus siguientes pasos, creyendo ser un simple observador del mundo humano, buscando la forma de intervenir a veces, pero sin ser notado, jugando a ser un arquitecto de este mundo viciado, algunas veces disfrutando el dolor ajeno y otras viviendo el tormento a su lado.
Divagaba entre la realidad y la fantasía, a veces absorbido por la desidia, buscando la lógica en muchos hechos de la vida, encontrando mas incógnitas al pasar de los días, tantas cosas que para el eran ilógicas y agobiaban a diario su vida tan inusual.
Así vivía ese joven, el cual todos habían visto, con el cual en algún momento compartieron unos tragos, alguna charla extraña o solo un simple saludar, muchos decían conocer, nadie sabia su verdadera identidad y el solo veía pasar el tiempo pensando en todas las vidas que vio pasar, esperando a la inevitable muerte llegar.
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